Hoy hemos dejado de lado las pinturas, las tijeras, el pegamento…
Lo hemos cambiado por algo más natural y hemos disfrutado creando nuestro propio árbol comestible. Nos resultó un poco difícil que las uvas se estuvieran quietas y que nos saliera un árbol más o menos perfecto, pero al final lo conseguimos y saboreamos esa mezcla de sabores.




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